POV: Allyson
Los rayos otoñales se asomaban por mi ventana dejando paso a un frío otoño y, posterior invierno. Me desperece con una sonrisa boba en mi cara. Era feliz, lo podía notar. No había quedado con Sean pero estaba segura de qué no habría problema en vernos ese día. Me puse la música a todo pistón y empecé a ordenar mi cuarto. Tenía una cantidad de cosas por en medio: apuntes, un peine, ropa, bolígrafos, más ropa, zapatos, una colonia, pinzas y coleteros, libros,...así que me puse a ordenar y a limpiar. Paul entro en mi habitación.
-¿Qué pasa enana.te has despertado de muy buen humor no?-dijo mientras se abalanzaba hacia mi y me tiraba encima de la cama.
-Ay, Paul me asfixias!!!-grité mientras golpeaba su corpulenta espalda.
Vi una ocasión para escapar mientras me intentaba hacer cosquillas. Le propine una patada a la costilla de manera sutil y me escape, pero mi intento fue en vano ya que enseguida se incorporó y se abalanzo hacia el suelo dejándome totalmente inválida.
-Me alegra que todo bien.-dijo mientras me daba un beso baboso en mi cara.
-Pero qué asco Paaaul!!!.-grité mientras escuchaba su risa de fondo.
Seguí ordenando y limpiando hasta que mi estómago rugió ferozmente y fue entonces cuando me di cuenta que no había desayunado. Bajando las escaleras un dulce olor a gofres y chocolate me embriagó. Y entonces le vi a él. Note como mi corazón aceleraba más y más fuerte. Sonrío y me perdí.
POV: Sean
Había decidido sorprender a Allyson con un delicioso desayuno así que le lleve algo dulce, ya que recordaba que el día que pintamos su casa dijo que "le chiflaba lo dulce" y cito literalmente. Me apetecía sorprenderla cada día, me apetecía enamorarla cada día, demostrarle más y más. Cuando la vi bajar con ese andar saltarín y esa sonrisa en su mirada note como el corazón me dio un vuelco. Las venas me empezaban a abrasar al notar su mirada y su cálido aliento en mi nuca.
-Gracias.-susurró mientras me daba un beso en la nuca, algo que me excito más de lo que pensaba.
-De nada princesa.-dije en tono neutro sin hacer caso a la anterior excitación.-Quiero que empieces el domingo de buen modo.
-Y tan bueno va a ser.-dijo picarona.
No sé si me parecía a mi, o era el cambio de estación o mis hormonas revolucionadas,...pero ¿se me estaba insinuando Allys? La verdad es que ganas no me faltaban, pero quería que todo fuera bien, así que decidí hacer caso omiso a mis ilusiones.
Desayunamos mientras le contaba mis planes para la próxima semana: Resulta que tía Her iba a venir por estas fechas y quedarse para evitar todo el follón que albergaba en su ciudad natal: las fiestas Naiku. Unas fiestas típicas que se hacían en las que la gente se emborrachaba, tiraba cohetes y bailaba...en definitiva: desfase total. Le comenté a Allys si le apetecería ir a su casa y quedarnos allí el fin de semana.
-Claro qué si. Pero, ¿tú y yo?.-inquirió dubitativa.
-Oh, no! También vienen mis colegas y Carol.-eso pareció convencerla más por lo que mis sospechas de que se me había insinuado hundieron toda pizca de excitación. Mejor: me gustaba lo difícil.
-Esta bien, se lo comentaré a Paul, porque quizá...
-Paul, quiere deshacerse del moco verde de su hermana.-dijo el susodicho mientras hacía acto de presencia en la cocina y cogía un gofre y un taza de café.- ¿Qué hay máquina?- decía mientras estrechaba su mano contra la mía
Nos reímos ante la expresión de Allyson.
-Ya veo como me quieres.-dijo fingiendo una absoluta tristeza, algo que no consiguió que su hermano se ablandara pues seguía devorando el gofre.
Recogimos todo mientras hablábamos del finde siguiente.
Me llevo a su habitación y mientras se ponía los zapatos le agarre de la cintura y la giré para besarla. Notaba como el beso iba pidiéndome más y más, pero decidí parar. Me tumbé en su cama mientras terminaba de cambiarse. Cuando termino bajamos bajo y vimos una película en el salón mientras su hermano nos traía la comida.
-Pero qué cursis sois, no veáis eso.-gritó su hermano desde el otro lado de la casa.
-Pero si no es de amor.-grité. Y era verdad, la película iba de la II Guerra Mundial.
-Ya, ya.-dijo su hermano.
-Déjalo, al pobre le quedan pocas neuronas y no sabe que dice.-susurró Allyson en un tono inaudible.
No me enteré muy bien de que iba la película ya que nos pasamos casi todo el rato abrazados y besándonos. En una de esas veces su hermano paso y sopló. Me separé tan rápido pensando que aquel armario empotrado me podría pegar que casi me doy un golpe en la cabeza con un armario. Ambos se rieron.
-Tranquilo héroe, es normal que esteís así.-dijo Paul en medio de risas.-pero si no te importa te la robo el resto del día.-dijo mientras se tiraba encima de ella.
Debo reconocer que me asuste, pensé que le había roto todos los huesos pero vi a una débil y pequeña Allyson luchando y me uní a el haciéndole cosquillas en los pies: mala idea, pues Allys me propinó una buena patada en el hombro. Me fui hacia casa a esperar otro día.
Pero de algo estaba seguro: me encantaba ella y su familia.
Los rayos otoñales se asomaban por mi ventana dejando paso a un frío otoño y, posterior invierno. Me desperece con una sonrisa boba en mi cara. Era feliz, lo podía notar. No había quedado con Sean pero estaba segura de qué no habría problema en vernos ese día. Me puse la música a todo pistón y empecé a ordenar mi cuarto. Tenía una cantidad de cosas por en medio: apuntes, un peine, ropa, bolígrafos, más ropa, zapatos, una colonia, pinzas y coleteros, libros,...así que me puse a ordenar y a limpiar. Paul entro en mi habitación.
-¿Qué pasa enana.te has despertado de muy buen humor no?-dijo mientras se abalanzaba hacia mi y me tiraba encima de la cama.
-Ay, Paul me asfixias!!!-grité mientras golpeaba su corpulenta espalda.
Vi una ocasión para escapar mientras me intentaba hacer cosquillas. Le propine una patada a la costilla de manera sutil y me escape, pero mi intento fue en vano ya que enseguida se incorporó y se abalanzo hacia el suelo dejándome totalmente inválida.
-Me alegra que todo bien.-dijo mientras me daba un beso baboso en mi cara.
-Pero qué asco Paaaul!!!.-grité mientras escuchaba su risa de fondo.
Seguí ordenando y limpiando hasta que mi estómago rugió ferozmente y fue entonces cuando me di cuenta que no había desayunado. Bajando las escaleras un dulce olor a gofres y chocolate me embriagó. Y entonces le vi a él. Note como mi corazón aceleraba más y más fuerte. Sonrío y me perdí.
POV: Sean
Había decidido sorprender a Allyson con un delicioso desayuno así que le lleve algo dulce, ya que recordaba que el día que pintamos su casa dijo que "le chiflaba lo dulce" y cito literalmente. Me apetecía sorprenderla cada día, me apetecía enamorarla cada día, demostrarle más y más. Cuando la vi bajar con ese andar saltarín y esa sonrisa en su mirada note como el corazón me dio un vuelco. Las venas me empezaban a abrasar al notar su mirada y su cálido aliento en mi nuca.
-Gracias.-susurró mientras me daba un beso en la nuca, algo que me excito más de lo que pensaba.
-De nada princesa.-dije en tono neutro sin hacer caso a la anterior excitación.-Quiero que empieces el domingo de buen modo.
-Y tan bueno va a ser.-dijo picarona.
No sé si me parecía a mi, o era el cambio de estación o mis hormonas revolucionadas,...pero ¿se me estaba insinuando Allys? La verdad es que ganas no me faltaban, pero quería que todo fuera bien, así que decidí hacer caso omiso a mis ilusiones.
Desayunamos mientras le contaba mis planes para la próxima semana: Resulta que tía Her iba a venir por estas fechas y quedarse para evitar todo el follón que albergaba en su ciudad natal: las fiestas Naiku. Unas fiestas típicas que se hacían en las que la gente se emborrachaba, tiraba cohetes y bailaba...en definitiva: desfase total. Le comenté a Allys si le apetecería ir a su casa y quedarnos allí el fin de semana.
-Claro qué si. Pero, ¿tú y yo?.-inquirió dubitativa.
-Oh, no! También vienen mis colegas y Carol.-eso pareció convencerla más por lo que mis sospechas de que se me había insinuado hundieron toda pizca de excitación. Mejor: me gustaba lo difícil.
-Esta bien, se lo comentaré a Paul, porque quizá...
-Paul, quiere deshacerse del moco verde de su hermana.-dijo el susodicho mientras hacía acto de presencia en la cocina y cogía un gofre y un taza de café.- ¿Qué hay máquina?- decía mientras estrechaba su mano contra la mía
Nos reímos ante la expresión de Allyson.
-Ya veo como me quieres.-dijo fingiendo una absoluta tristeza, algo que no consiguió que su hermano se ablandara pues seguía devorando el gofre.
Recogimos todo mientras hablábamos del finde siguiente.
Me llevo a su habitación y mientras se ponía los zapatos le agarre de la cintura y la giré para besarla. Notaba como el beso iba pidiéndome más y más, pero decidí parar. Me tumbé en su cama mientras terminaba de cambiarse. Cuando termino bajamos bajo y vimos una película en el salón mientras su hermano nos traía la comida.
-Pero qué cursis sois, no veáis eso.-gritó su hermano desde el otro lado de la casa.
-Pero si no es de amor.-grité. Y era verdad, la película iba de la II Guerra Mundial.
-Ya, ya.-dijo su hermano.
-Déjalo, al pobre le quedan pocas neuronas y no sabe que dice.-susurró Allyson en un tono inaudible.
No me enteré muy bien de que iba la película ya que nos pasamos casi todo el rato abrazados y besándonos. En una de esas veces su hermano paso y sopló. Me separé tan rápido pensando que aquel armario empotrado me podría pegar que casi me doy un golpe en la cabeza con un armario. Ambos se rieron.
-Tranquilo héroe, es normal que esteís así.-dijo Paul en medio de risas.-pero si no te importa te la robo el resto del día.-dijo mientras se tiraba encima de ella.
Debo reconocer que me asuste, pensé que le había roto todos los huesos pero vi a una débil y pequeña Allyson luchando y me uní a el haciéndole cosquillas en los pies: mala idea, pues Allys me propinó una buena patada en el hombro. Me fui hacia casa a esperar otro día.
Pero de algo estaba seguro: me encantaba ella y su familia.